David Knopfler dice sobre Mark que "nos vemos en bodas y funerales, pero eso es todo"
Abandonó hace tres décadas Dire Straits, la banda de rock ya disuelta que compartía con su hermano Mark Knopfler y, en la actualidad, el músico David Knopfler afirma que sólo tiene relación con el que fuera líder del grupo y virtuoso guitarrista 'en bodas y funerales'.
'Él sería muy bienvenido si alguna vez quiere visitarme', reconoce en una entrevista a Efe David Knopfler previamente al concierto que ofrecerá mañana en la capital leonesa, el segundo de los catorce que tiene programados para su gira española.
Tras publicar los exitosos trabajos discográficos 'Dire Straits' (1978), que contenía el himno 'Sultans of Swing', y 'Communiquè' (1979), con Lady Writer o Portobello Belle, David dejó la banda y, con ello, renunció a las multitudinarias giras y a la popularidad para iniciar una carrera en solitario, destinada a círculos más reducidos, en la que dar rienda suelta a una condición de artista que considera innata.
'Como artista no creas tu trabajo porque quieres convertirte en un artista, eres un artista y, por lo tanto, eres empujado e inspirado a crear tu trabajo', ha destacado el músico, para quien componer música en pos de convertirse en una celebridad es un error.
David Knopfler se siente, en este sentido, 'bendecido', pues tras dar por finalizada su etapa con los Dire Straits, de la que reconoce que no recuerda casi nada, renunció a las giras, lo que le permitió estar con su familia.
Unos años después, tras publicar varios trabajos en solitario y una vez que su hijo alcanzó la adolescencia, decidió volver a recorrer los escenarios en espectáculos a los que acudían de media unas cien personas, mucho menos público del que le comparecía en sus actuaciones en su etapa anterior en la banda británica.
Hoy, el aforo aproximado de sus conciertos es de quinientos asistentes, una cifra mayor que al principio, pero que aún es lo suficientemente pequeña para permitirle ofrecer actuaciones 'sinceras y auténticas'.
En un estadio repleto 'las cosas se vuelven bastante planificadas y artificiales', por lo que actuar se vuelve 'una simple rutina', ha añadido Knopfler, para quien una concierto de calidad es aquel protagonizado por un cantautor interpretando su música en la 'atmósfera íntima' de un teatro o un club.
Este escocés (Glasgow, 1952) reconoce que en los últimos años no ha visto ninguna nueva propuesta de rock clásico que le haya 'emocionado mucho', lo que le lleva a pesar que la única pretensión de las bandas 'viejas y cansadas' que sacan nuevos trabajos de este estilo es la de explotar la fórmula de música para estadios para poder ganar dinero.
En este sentido, para Knopfler el rock clásico de Jimi Hendrix, Eric Clapton, Led Zeppelin o The Rolling Stones pertenece a otra era.
Tras una larga carrera musical en la que considera como 'un milagro' que siga con ganas de componer, el artista se queda con los temas de sus últimos años frente a los primeros y valora que estos sean un poco más simples.
'En mi primer álbum usaba varios acordes de jazz y ahora me pregunto, ¿qué querría yo probar escribiendo música con un estilo tan inaccesible?', ha explicado Knopfler, para quien el estudio de grabación sigue siendo su 'espacio sagrado'.
Aunque nunca ha compuesto específicamente para Internet, el músico incide en que, a través de este medio, muchos artistas jóvenes pueden encontrar oportunidades para dar a conocer sus trabajos en este medio.
La facilidad de exponer sus trabajos y la abundancia de propuestas hace que, sin embargo, discriminar la música de calidad de la que merece ser descartada sea 'casi imposible'.
Para un medio que sí ha elaborado bandas sonoras es para la televisión y si bien confiesa que le gustaría colaborar con algún director de cine renombrado, lamenta que el precio de vivir en Beverly Hills (California, EEUU) para buscar esa oportunidad sería 'un poco alto' para él.
Abandonó hace tres décadas Dire Straits, la banda de rock ya disuelta que compartía con su hermano Mark Knopfler y, en la actualidad, el músico David Knopfler afirma que sólo tiene relación con el que fuera líder del grupo y virtuoso guitarrista 'en bodas y funerales'.
'Él sería muy bienvenido si alguna vez quiere visitarme', reconoce en una entrevista a Efe David Knopfler previamente al concierto que ofrecerá mañana en la capital leonesa, el segundo de los catorce que tiene programados para su gira española.
Tras publicar los exitosos trabajos discográficos 'Dire Straits' (1978), que contenía el himno 'Sultans of Swing', y 'Communiquè' (1979), con Lady Writer o Portobello Belle, David dejó la banda y, con ello, renunció a las multitudinarias giras y a la popularidad para iniciar una carrera en solitario, destinada a círculos más reducidos, en la que dar rienda suelta a una condición de artista que considera innata.
'Como artista no creas tu trabajo porque quieres convertirte en un artista, eres un artista y, por lo tanto, eres empujado e inspirado a crear tu trabajo', ha destacado el músico, para quien componer música en pos de convertirse en una celebridad es un error.
David Knopfler se siente, en este sentido, 'bendecido', pues tras dar por finalizada su etapa con los Dire Straits, de la que reconoce que no recuerda casi nada, renunció a las giras, lo que le permitió estar con su familia.
Unos años después, tras publicar varios trabajos en solitario y una vez que su hijo alcanzó la adolescencia, decidió volver a recorrer los escenarios en espectáculos a los que acudían de media unas cien personas, mucho menos público del que le comparecía en sus actuaciones en su etapa anterior en la banda británica.
Hoy, el aforo aproximado de sus conciertos es de quinientos asistentes, una cifra mayor que al principio, pero que aún es lo suficientemente pequeña para permitirle ofrecer actuaciones 'sinceras y auténticas'.
En un estadio repleto 'las cosas se vuelven bastante planificadas y artificiales', por lo que actuar se vuelve 'una simple rutina', ha añadido Knopfler, para quien una concierto de calidad es aquel protagonizado por un cantautor interpretando su música en la 'atmósfera íntima' de un teatro o un club.
Este escocés (Glasgow, 1952) reconoce que en los últimos años no ha visto ninguna nueva propuesta de rock clásico que le haya 'emocionado mucho', lo que le lleva a pesar que la única pretensión de las bandas 'viejas y cansadas' que sacan nuevos trabajos de este estilo es la de explotar la fórmula de música para estadios para poder ganar dinero.
En este sentido, para Knopfler el rock clásico de Jimi Hendrix, Eric Clapton, Led Zeppelin o The Rolling Stones pertenece a otra era.
Tras una larga carrera musical en la que considera como 'un milagro' que siga con ganas de componer, el artista se queda con los temas de sus últimos años frente a los primeros y valora que estos sean un poco más simples.
'En mi primer álbum usaba varios acordes de jazz y ahora me pregunto, ¿qué querría yo probar escribiendo música con un estilo tan inaccesible?', ha explicado Knopfler, para quien el estudio de grabación sigue siendo su 'espacio sagrado'.
Aunque nunca ha compuesto específicamente para Internet, el músico incide en que, a través de este medio, muchos artistas jóvenes pueden encontrar oportunidades para dar a conocer sus trabajos en este medio.
La facilidad de exponer sus trabajos y la abundancia de propuestas hace que, sin embargo, discriminar la música de calidad de la que merece ser descartada sea 'casi imposible'.
Para un medio que sí ha elaborado bandas sonoras es para la televisión y si bien confiesa que le gustaría colaborar con algún director de cine renombrado, lamenta que el precio de vivir en Beverly Hills (California, EEUU) para buscar esa oportunidad sería 'un poco alto' para él.